martes, 5 de mayo de 2015

Elecciones al Rectorado

A lo largo de estas últimas semanas las paredes de nuestras facultades se han llenado de carteles anunciando los distintos candidatos a Rector. Nuestros correos electrónicos se han colmado de discursos comprometidos con en el futuro de nuestra universidad. Un futuro que sin embargo dista de lo público.

Los rectores de las universidades públicas españolas en general y de la Universidad Complutense en particular han demostrado año tras año su apoyo a la mercantilización y elitización de la enseñanza superior. Ejemplo de ello es el constante incremento de las tasas universitarias, la continua reducción de las becas y la cada vez mayor participación de la iniciativa privada que no tiene otro fin que transformar la universidad pública en un negocio. Y es que aunque al principio los rectores se posicionen junto al estudiantado contra las reformas del gobierno siempre las acaban acatando sin ningún reparo con la excusa de que tienen las manos atadas. En nuestra universidad, el actual rector Carrillo, se posiciona en contra de las reformas educativas porque es consciente de que el estudiantado las rechaza. De esta manera los estudiantes no culpan al rector de su universidad aunque aplique las medidas. Estas medidas se realizan y aplican desde varios niveles con determinados márgenes de actuación (rectores, gobiernos autonómicos y centrales y desde la Unión Europea) de esta forma aunque todos estos niveles terminen aprobando medidas que perjudican gravemente al estudiantado, ninguno es totalmente culpable pues es una orden que deben cumplir.
Los rectores ya sea de forma explícita o implícita no solo son cómplices de la continua mercantilización y destrucción de la universidad pública sino que también lo son de la represión contra los estudiantes. Recordemos como Carrillo, uno de esos rectores que más rechazan las reformas educativas, era uno de los responsables de la brutal represión que se llevó a cabo en las huelgas convocadas en los dos cursos pasados.
Hace apenas siete meses se demostraba una vez más la relación entre los rectores de las universidades y el capital cuando al morir el Presidente del Banco Santander, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) expresaba su admiración por el que fue uno de los que más estuvo interesado en controlar y hacer de la universidad pública un negocio del que sacar tajada.

En el capitalismo la educación es considerada un negocio más, la universidad se concibe como una empresa. Por ello es necesario que los estudiantes reivindiquemos un modelo de educación distinto fuera del marco socioeconómico actual. Un modelo educativo que satisfaga las necesidades de la sociedad y no base la formación de los estudiantes en la demanda de las empresas y del mercado laboral. Una universidad completamente gratuita en la que no se vete el acceso a quienes no tengan suficiente dinero para pagar la matrícula. Una educación que no esté al servicio del capital, sino al de la clase trabajadora y al de los sectores populares.


¡Por la gestión popular de los centros de estudio!

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